Personajes
El poeta
El escultor
El pintor
El fotógrafo
Cuadro
Noche montevideana. Cuatro personas se amontonan en un sótano repleto de cajas y porquerías. Fuman, toman vino y conversan. Una luz pequeña alumbra tenuemente sus cabezas. Sus lamentos pueden oírse desde lejos.
POETA
Odio escribir. Todo mi cuerpo me pide que deje de hacerlo, pero las vibraciones en mis dedos parecen ser independientes; no puedo controlarlas.
PINTOR
Odio pintar (dice mirando de reojo al escultor que a su vez mira de reojo al fotógrafo). Siento que los colores no me bastan, ni siquiera la nada es suficiente. ¿Cuál es el color del infinito?
POETA
El infinito no tiene color, Bruno. A lo mejor tiene un verso.
PINTOR
Eso lo decís porque sos poeta. Yo estoy convencido de que el infinito tiene un color.
ESCULTOR-FIDIAS
Para mí tiene una forma.
FOTÓGRAFO
Para mí es una imagen.
PINTOR
No me sorprende que ustedes nieguen la idea del infinito como color. La naturaleza parece ser colorblindness para gente como ustedes, anclados en las imágenes y lo petrificado. A ver vos, Gonza. ¿Cuál es el verso del infinito?
POETA
Es una tarea grande. Incluso yo, un poeta publicado, tengo miedo a recitarlo.
ESCULTOR-FIDIAS
Se te subió el vino a la cabeza, Gonza (observa sus pies metidos en las sandalias de trapo hechas por él).
POETA
A vos se te subió el vino, Fidias. ¿Qué, pensás que nos olvidamos que ese no es tu nombre, sino un griego muerto hace miles de años? Te llamás Roberto.
ESCULTOR
Elegí llamarme Fidias como homenaje a mi maestro (se levanta de golpe con una botella de agua en la mano).
FOTÓGRAFO
Tranquilo Fidias. Llamate como quieras.
ESCULTOR
Tranquilo las pelotas, Mister “el infinito es una imagen”. Sos un vende humo. Cualquiera con un IPhone saca mejores fotos que vos.
POETA
De todas maneras, solo la poesía es arte. Lo que ustedes hacen es sub-arte.
FOTÓGRAFO
No empecemos. Siempre tenemos esta conversación, Gonza. Nadie te da el derecho de ponerte por encima de nosotros.
ESCULTOR
¡Encima te autopublicaste por Amazon! ¡Cerdo capitalista chupa pija de Jeff Bezos! (amenaza con la botella).
POETA
¡A ver, mostrame cuántas exposiciones tenes vos, griego trucho! Esculturas de mierda con cartón y arena porque no tenés ni idea de cómo tratar la materia. Artista posmoderno inútil!
FOTÓGRAFO
Epa, chicos. Tranquilos que acá somos todos posmodernos. No te alteres, Gonza. Tu libro tiene 20 páginas y en 10 hay una sola letra.
POETA
¡Es para demostrar lo inútil de la escritura! ¡Quería reflejar el trazo mínimo! ¡Es que no entienden, estúpidos! (cae de rodillas llorando, agarrándose el rostro).
ESCULTOR
La sensibilidad que tiene me lastima (vuelve a sentarse y los sollozos del poeta se intensifican).
FOTÓGRAFO
¡Qué alguien le de agua! (Fidias se acerca y le deja la botella a su lado. Gonzalo, tímidamente, da unos pocos sorbos). Ya es hora de que hagamos algo con nuestras vidas. No podemos seguir así, chicos. Gonza, no sos escritor, es hora de que lo admitas. Y vos Roberto, deja de decirte Fidias, solo pareces un psicótico que se escapó del Vilardebó con esas sandalias, y vos, Bruno, hace cinco años que te conozco y jamás pintaste algo que tuviera una forma.
PINTOR
Soy un pintor expresionista abstracto ¡lo sabés bien!
FOTÓGRAFO
Sos un pelotudo que no sabe cómo formar el verde.
ROBERTO
Y a vos quien te da el derecho de decirnos esto. ¿Acaso vos no sos un artista como nosotros? Un artista trucho, vende humo? (Lo amenaza con una sandalia en la mano).
FOTÓGRAFO
(Se toma unos segundos antes de hablar. Se levanta, da la espalda al grupo y comienza a hablar mirando la pared oscura) Yo soy fotógrafo porque mi viejo era fotógrafo. Se levantaba todos los días a las 7 de la mañana a pasearse por cualquier fiesta infantil de mierda que hubiera en el pueblo. Luego revelaba los rollos y salía a vender. El sí era un fotógrafo. Yo solo tengo un Samsung con una aplicación de edición. Gonza, Roberto, Bruno, es hora de que salgamos de acá.
POETA
¿Qué pensás que hay ahí afuera para nosotros? ¡Si solo somos almas en pena incomprendidas por fuera del sistema!
FOTÓGRAFO
Tu padre es el intendente del Yacht Club en Malvín, Gonza. De qué sistema me hablás si ayer estabas comiendo langosta. Vamos, hay que salir de acá. Tengo hambre. ¿A alguien se le ocurre donde podemos comer algo?
BRUNO
Podemos ir a mi casa. Mi madre preparó una cazuela de mondongo ayer que estaba buenísima.
GONZALO
Hay un carro de panchos acá a la vuelta (mira a Roberto con timidez).
ROBERTO
Sí, conozco el carro.
FOTÓGRAFO
¿Cómo se llama?
ROBERTO
Se llama “el pancho infinito”.
Los cuatro artistas salen del sótano. La luz que proviene del carro de panchos los ilumina. Roberto es el primero en cruzar la calle. Lo sigue Bruno mientras chifla bajo. Por último, el fotógrafo pasa su brazo por encima de los hombros de Gonzalo y comienzan a caminar lentamente hacía la luz.
Se cierra el telón.
El ínfinito en un pancho!!!!
Me gustó
Me gustó , el formato como de guión, la manera de contar un recorte de lo humano y sus vericuetos en relación a eso que siempre se escapa ( tal vez el arte sea el intento más cercano) y que sin embargo, al mismo tiempo, parece formar parte de la naturaleza de todas las cosas !